Hoy tocaban las secuencias 13 y 15 de guión. En apariencia dos secuencias fáciles. En la trece, Valmonte, sube rápido las escaleras en busca de Simón y en la quince, llega a su habitación. En apariencia como os decía, dos secuencias sencillas que en cine suponen lo siguiente: Con La 13 terminamos rápido, un plano entero sacando el móvil al pie de la escalera. No hay cobertura. Subimos las escaleras con un plano detalle de los pies y estamos arriba. Pero amigos, la quince era otra historia. En grandes rasgos, las secuencias en cine se pueden dividir en exteriores e interiores. Ambas con su punto de complejidad por diversos motivos. En exteriores, la cosa se puede complicar por la cantidad de extras, vehículos, cámaras que asolan el set… en interiores, mucho más intimista, lo que puede provocar el caos es estar en una misma habitación y tener que tirar infinidad de planos y contraplanos para que la secuencia funcione. Hoy nos tocaba la segunda. Muchas cosas pueden ir en tu contra en este tipo de jornadas. Al ser una habitación pequeña con tanto equipo, para empezar no hay espacio para todos… y sino que se lo pregunten al operador de cámara de Deil , El WOMBAT ORIGINAL, Chus, que operaba a veces la cámara incluso desde fuera de la habitación… el actor al repetir tantas veces lo mismo también puede llegar a un momento bucle donde se lia con cosas que antes le salían solas, incluso reina una cierta apatía en el equipo por las repeticiones; pero en estas jornadas es cuando el equipo responde de verdad y hoy respondió.
Quien sigue sorprendiéndome cada vez más y de una forma única, es Borja Luna. Meterse en un papel tan complejo, a la vez que atractivo, como el paciente Simón Feito, es cuanto menos costoso. Borja es un actor puro. De método. De ahí que lleve a los personajes que interpreta al extremo. A pesar de las reiteradas veces que tanto David como yo le comentábamos que adelgazar de una forma excesiva era contraproducente para su salud, hizo caso omiso y llegó al rodaje después de haber adelgazado mucho. Pálido, con el entrecejo marcado, con las uñas largas… la verdad es que la transformación era increíble, los que lo conocíamos por sus anteriores papeles considerábamos el cambio, abismal. Pero el realismo que adquirió su personaje fue simplemente brutal. Algunos dirán que tanto esfuerzo por un cortometraje es demasiado… pero soy de los que piensan que los esfuerzos conllevan recompensas…
Como os decía hoy rodábamos la secuencia en la habitación de Simón. Y uno de los puntos clave del cortometraje. Por dos razones, aquí se avanza mucho en la trama. Sabemos qué hacía Simón aquí, cómo vive en la clínica, en incluso se dan pistas sobre otros personajes… pero también es clave por la localización en sí. La habitación de Simón fue sin lugar a dudas el trabajo más agotador de preproducción. Como podéis ver en la foto, se trata de una habitación que lleva alrededor de 200 dibujos hechos en lámina y cuatro dibujos sobre pared. Durante un mes antes de empezar el corto de nuevo David, Chus, el propio Borja, Noelia (ayudt. Producción) estuvimos pintando láminas para rellenar la habitación. Parecía que cuantas más hacías más que te quedaban por hacer pero fue ahí cuando apareció Roberto Gómez. Roberto es dibujante. Gran amigo mío desde hace mucho tiempo, dio el toque final a la habitación. Se puso a dibujar sobre la pared tres imponentes dibujos que cubrieron uno de los lados e hizo un sinfín de láminas que acabaron por dar uniformidad a la habitación. Una auténtica locura que se vio reflejada en una estética tan cuidada y una puesta en cámara visualmente única
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Seguimos trabajando fuerte para crear sensaciones en el espectador, para darles algo diferente y convertir sueños en realidades…
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