Podría acabar ya la descripción del primer día con esa única frase.
Han sido semanas de mucho estrés, en especial, las dos anteriores al rodaje, en las que UN COBARDE era para mí, una sucesión de número tras número con un móvil pegado a mi oreja.
Llegué al rodaje cansadísimo y con ganas de ver todos esos presupuestos, todas esas llamadas, todas esas gestiones, convertidas en Pico haciendo de Maillot entrando y saliendo como un fantasma, en Borja Luna interpretando un papel que le queda como anillo al dedo, en fin de ver en imágenes lo que sobre el papel me había imaginado tantas y tantas veces en estos meses.
Nos íbamos a pasar los cuatro primeros días del plan de rodaje en ese fantástico paraíso natural que es el Pazo de Tor. Un pazo ligado al linaje de los Garza en el siglo XIV y con elementos decorativos propios de esa época. Me pasé los dos primeros días en tensión por si cualquiera de esos elementos sufría daños, pero he de decir que el equipo aquí estuvo sensacional. Fue muy consciente durante todo el rodaje de donde estábamos rodando.
El primer día fue “el comedor”. Fue quizás el escenario natural que mayor transformación de atrezzo sufrió. Sobraban muchos cuadros, la vajilla no la pudimos utilizar y en especial teníamos LA CHIMENA, la dichosa chimenea. Un elemento anacrónico que se reconstruyó por su mal estado en el 2008 y que obviamente no podíamos sacar en plano. Así se puso en marcha el equipo de arte, liderados en este ocasión por Víctor e hicieron una falsa chimenea fantástica. Os cuento como anécdota que desde el Pazo bromeaban con la posibilidad de dejarla. El rodaje ese día transcurrió sin incidentes . El equipo no se conocía demasiado. A excepción de unos pocos que habíamos trabajado juntos, el resto fue un batiburrillo interesante de madrileños, gallegos, asturianos… que congenió muy bien.
Ese día se presentaron a escena tres de los cinco actores del reparto. Borja Luna en el papel del Vizconde Signoles, Miguel Lago en el papel del Coronel Bourdin y Pico en el papel de Maillot. Borja estuvo fantástico ese día. Me da la sensación de que cree en su papel muchísimo, lo que se transmite en un trabajo muy bueno. Me gusta mucho como lo hace y además está siempre haciendo alguna pregunta que ayuda a dar más niveles al personaje. Creo que ha convertido a Signoles en un Harrison Ford en Frenético (Roman Polanski, 1988) matiz que dotará al personaje de mucha profundidad. De Miguel destaco su sobriedad. Está interpretando a un coronel por lo que la rectitud y el saber estar forman parte de su ser y en este sentido Miguel lo clavó. También posee una voz que infunde un mayor tono de respeto al personaje. Y sobre Xosé Manuel Olveira Gallardo “Pico” no puedo decir nada más que es un genio de la interpretación. Sin más.
En este primer día, como os comenté, rodamos la secuencia de Signoles en el comedor. Aquí el duelo ya está en marcha y Signoles trata de restarle importancia. Pero son los momentos en los que se queda sólo cuando el “miedo” se pone en marcha y vuelan sobre su cabeza innumerables cuestiones sobre el devenir del duelo. Por su parte Maillot, que aún sin saber nada, intuye que algo está pasando, trata de desviar la atención del señor hacia cosas más agradables.
El segundo día de rodaje seguimos en el comedor y entra en escena Madame Lily. ¿Qué pasará?
Mañana más COBARDES….
Yes!!!
ResponderEliminarYes¡¡¡¡
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