Como os adelantaba, hoy era el segundo día de rodaje. Primer madrugón importante pero nada comparado con las 18 horas que nos esperaban al día siguiente. Seguíamos en el piso de Claudio, con un Maarten en pleno estado de gracia. Creo que fue su mejor día de rodaje. El lunes había llegado algo cansado. Entre el viaje de Londres a Santiago en avión, luego Santiago Monforte en coche, descansar un poco al hotel y rodar el día siguiente, lo noté algo cansado, falto de energía. Pero hoy se le notaba a tope con una energía mucho más centrada, algo que repercute positivamente en su interpretación.
Hoy pude estar un poco más en rodaje. Suerte que contaba con un gran jefe de producción, Cano, que supo llevar el rodaje a las mil maravillas. Yo personalmente tengo que empezar a disfrutar un poco más de los rodajes. Estoy tan centrado en que todo salga bien y adelantarme a los problemas que al final no disfruto de la verdadera esencia del cine que es básicamente cuando la cámara se pone frente al actor y la directora grita acción.
En el primer día de rodaje, grabamos las secuencias relativas a la presentación del personaje. Podemos saber ya que Claudio, es un hombre reservado, muy tímido que no suele salir mucho de casa. Le gusta el orden, la seguridad que le da saber que todo está igual, exactamente igual a cómo lo dejó el día anterior. Pero para entender mejor la historia de Birthday también necesitamos conocer sus reacciones. Al principio, cuando comienzan a desaparecer los primeros muebles, se siente como si algo o alguien hubieran roto su rutina. Por primera vez en mucho tiempo siente que su espacio ya no es su espacio. El no lo controla. Es controlado. Después intenta, como ha hecho siempre en su vida, buscar un razonamiento lógico, y lo lógico es sospechar de esa nueva vecina que acaba de llegar al edificio…Cree que es ella quién le ha robado e intenta por todos los medios averiguarlo…Por último y cuando ya en su casa no queda más que su presencia, se resigna, pero no resignado como si hubiera sido derrotado no, sino “entregado”, entregado al sentimiento de que tal vez éstos cambios que se disparan en su vida, tengan una razón de ser que cambie su existencia para siempre.
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